Blogia
EL INTERMEDIARIO

Profesionales

¿ Cuenca o cuenca ?

¿ Cuenca o cuenca ?

Dice la Constitución en su artículo 149: “El Estado tiene competencia exclusiva sobre la legislación, ordenación y concesión de recursos y aprovechamientos hidráulicos cuando las aguas discurran por más de una Comunidad Autónoma…”

Dice la Ley de Aguas en su artículo 16, “La cuenca hidrográfica, como unidad de gestión del recurso, se considera indivisible, entendiéndose por cuenca hidrográfica el territorio en que las aguas fluyen al mar a través de una red de cauces secundarios que convergen en un cauce principal único”

Y la misma ley, en su artículo 15: “En relación con el dominio público hidráulico y en el marco de las competencias que le son atribuidas por la Constitución, el Estado ejercerá, especialmente, las funciones siguientes:

a) La planificación hidrológica y la realización de los planes estatales de infraestructura hidráulicas o cualquier otro estatal que forme parte de aquélla.

b) La adopción de las medidas precisas para el cumplimiento de los acuerdos y convenios internacionales en materia de aguas.

c) El otorgamiento de concesiones referentes al dominio público hidráulico en las cuencas hidrográficas que excedan del ámbito territorial de una sola Comunidad Autónoma”.

Además la Directiva del Agua de la Unión Europea impone como principio básico la unidad de la cuenca hidrográfica y la unidad de su gestión. Esto que se legisla para toda Europa, ya estaba vigente en España desde 1926, con la creación de las cuencas hidrográficas.

Vemos, por tanto, que todas las leyes en vigor establecen la cuenca hidrográfica, es decir, un río con todos sus afluentes, acuíferos, etc., como unidad indivisible de gestión y, además, competencia exclusiva del Estado.

Pues no es así… Como escribe mi compañero José Mª Vizcayno, en la revista de los ingenieros de caminos, los políticos actuales han decidido que todas las aguas que vierten y circulan por el Guadalquivir sean gestionadas por la Junta de Andalucía,  cuando a la Cuenca Hidrográfica del Guadalquivir pertenecen 3.300 km² en Ciudad Real, 1.410 km² en Badajoz, 800 km² en Albacete y 116 km² en Murcia.

Ya apunté en un post anterior, titulado ¿Quién debe decidir sobre el agua?, que dejar resolver a los políticos, la mayoría indocumentados, sobre asuntos técnicos sólo conduce a desastres… La única "cuenca" que conocen algunos de estos mediocres politiquillos es la ciudad española, famosa por sus casas colgadas...y, los que han estudiado con la LOGSE, ni esa.

Parla como ejemplo de gestión municipal

Parla como ejemplo de gestión municipal

El Ayuntamiento de Parla, al que todo el Partido Socialista pone como ejemplo de buena gestión, ya que su candidato para las próximas elecciones autonómicas, Tomás Gómez, ha gobernado ese municipio durante bastantes años, le ha remitido,  a mi empresa, la siguiente respuesta ante nuestra solicitud de que nos paguen una factura de más de 36.000 euros, que nos deben hace diez meses:

“La tesorería del Ayuntamiento de Parla reconoce la factura indicada sin que en la actualidad esta Tesorería contemple previsiones ciertas de pago de la misma”

¡Y se quedan tan tranquilos!

El Cayenne con neumáticos lisos

El Cayenne con neumáticos lisos

Después de asistir a la asamblea Anual de alumnos del IESE (Global Alumni Reunion 2008), con 2.500 asistentes presenciales y 600 a través de internet, se me quedó un mal cuerpo …y, por lo que pude escuchar allí, a la mayoría le pasó lo mismo.

Y es que los “sabios” que expusieron sus puntos de vista sobre la crisis estuvieron entre una visión pesimista (la mayoría) y otra apocalíptica (algunos).

Las intervenciones más destacadas, a mi juicio, fueron la de Lawrence Summers, antiguo Secretario del Tesoro norteamericano, que destacó la dificultad de dar con la solución para la situación actual que, además, todavía no tiene un final claro, por lo que la economía continuará deteriorándose en USA y en Europa. Cree que la solución está en la economía real más que la financiera y una política de gasto público global que evite que se vaya el dinero a los países fiscalmente más ventajosos.

Otra de los sesiones fue compartida por tres directivos de éxito como José Ignacio Goirigolzarri, del BBVA, que dijo que el negocio de los bancos es conceder créditos (aunque, hoy día, no lo parezca, añado yo), Javier Monzón, de Indra, que habló de la necesidad de cambiar los modelos de negocio (no dijo a cual) y Rafael del Pino, de Ferrovial, que mencionó la dificultad de encontrar directivos que hayan tenido experiencia de gestión en tiempos de crisis (aunque si no los quisieran de menos de cuarenta años, quizá si los pudieran incorporar a sus filas)

Pero la estrella de la reunión fue Nouriel Roubini, profesor de la Universidad de New York y famoso por sus predicciones sobre la llegada de la crisis “subprime” con un año de antelación y sobre la nacionalización de bancos que, ahora, está ocurriendo. De forma alarmista, pero argumentada, nos dejó algunas de sus ideas como cerrar las bolsas temporalmente (los movimientos diarios de cincos por ciento sólo contribuyen al enriquecimiento de especuladores desalmados) o como la conveniencia de que los gobiernos dieran créditos directamente a empresas y ciudadanos (muchos sospechamos que bancos y cajas de ahorro van a hacer su “agosto”, mejorando sus resultados, con las ayudas que el estado español les va a facilitar y a los ciudadanos les va a legar poco o nada).

Por el lado del futuro, el profesor Roubini predice que la crisis durará, al menos dieciocho meses más, con un estancamiento posterior de muchos años y que miles de empresas van a quebrar. Diagnosticó para España, una recesión severa, mucho más dolorosa que para otros países de la zona euro.

Durante la comida, los antiguos de mi promoción que asistimos al evento, tuvimos la oportunidad de compartir mesa y mantel con Antonio Argandoña, profesor de Macroeconomía del IESE y con Rafael Pampillón, antiguo alumno de IESE, pero hoy profesor de Economía del Instituto de Empresa (para que luego digan sobre el corporativismo “iesero”), que nos ilustraron con sus sabias opiniones sobre la crisis. Por ejemplo, se dijo que lo que ha ocurrido hasta ahora es que alguien gritó fuego en un cine y los gobiernos, lo que han hecho hasta ahora, es intentar que el público no salga huyendo para evitar muertes por avalancha. En algunos sitios, han llamado a los bomberos y se está buscando el humo y la procedencia del olor a quemado, pero no se ha comenzado a apagar el incendio. Esperan y confían que, para Semana Santa, se pueda empezar a apagar el fuego y reanudar la película que estaban viendo…aunque, puede que sea muda o en blanco y negro o … Lo que parece seguro es que será de peor calidad que la que se estaba proyectando antes del aviso.

Hablaban de más de tres años de crisis en España y con un problema añadido, diferente al resto de países de nuestro entorno, con más de un millón de viviendas nuevas sin vender, valorado en más de ciento veinte mil millones de euros - no me caben los ceros en la cabeza ¡120.000.000.000! – y que nadie sabe quién va soportar mientras no aparezcan compradores y, sobre todo, bancos que les financien.

Y nosotros, en la tertulia posterior y entre sesión y sesión, comentando nuestros problemas a nivel de tierra. En mi opinión, los bancos han tenido mucha culpa de lo que ha ocurrido. Así, mientras los ciudadanos y empresas sufren los efectos de una crisis de liquidez que ellos han provocado,  es inadmisible que el consejero delegado del BBVA, allí presente, como antes he comentado, ganara un sueldo, en el año 2007, más de cuatro millones de euros…o lo que es lo mismo, 200 veces más que un sueldo medio en España o que el Banco de Santander, también en 2007, obtuviera beneficios de más de nueve mil millones de euros.

Por otro lado, la banca privada, esa que vendió productos garantizados a trabajadores y jubilados y que, luego, no estaban garantizados por ellos sino por Lehman Bros., quebrado de la noche a la mañana, tiene que volver a sus raíces y dedicarse a administrar los patrimonios de los “mega ricos” y no confundir, cuando no arruinar, a personas sin conocimientos sobre productos sofisticados y a lo que sólo han mirado, con inmensa codicia, el grosor de la cartera.

Como conclusión final del paso por la reunión del IESE, creo que no sólo  tendremos que acostumbrarnos a ser más pobres (que ya lo somos), sino que deberemos que vivir, también, como empobrecidos, más de acuerdo con nuestras posibilidades…se acabaron pisos de ochocientos mil euros y Cayennes o X5s que, como dice un amigo mío, la mayoría van, hoy, con los neumáticos lisos, casi slicks" pues las “gomas” valen mil euros y no están los tiempos…eso, los que tengan la suerte de mantener su puesto de trabajo...

No creo que lleguemos a un mundo como las películas de “Mad Max”, pero, la humildad y la modestia volverán a ser virtudes apreciadas.

Políticas de Agua

Políticas de Agua

Ayer cené con mi amigo Gonzalo, aprovechando su estancia en Madrid. Colegas durante mucho tiempo en una empresa de tuberías, él en la filial colombiana y yo en la española, me preguntó cómo iba la “organización” del agua en España. Le expliqué algo y me comprometí a escribir un “post” sobre el tema.

Al llegar a casa, me encontré el número de Junio de La Voz del Colegiado, órgano de información oficial del Colegio de Ingenieros de Caminos. Leyendo la revista, vi un artículo que había escrito mi compañero Francisco Barbancho, que refleja la situación de las políticas del agua en España, único país del mundo donde el agua es competencia (¡y propiedad!) de la administración regional por la que circula esa agua.

Dados el rigor y amenidad que el artículo reflejan, reproduzco íntegramente dicho artículo, y mantengo mi promesa de, en un futuro próximo, dar alguna opinión personal más sobre el sector nacional del agua, donde he trabajado más de quince años.

 

 

Políticos y políticas del agua 

Los más de treinta años transcurridos desde la restauración de la democracia han tenido un balance muy favorable para la sociedad española en su conjunto, pero en el aspecto que corresponde a las políticas del agua, ese balance se sitúa claramente por debajo de la media.

 

A lo largo del período que transcurre entre 1978 y 2008 se han sucedido diversas administraciones hidráulicas de distinto signo político e ideología y, salvo la puesta al día que supuso la aprobación de la Ley de Aguas de 1985 (seguramente la menos deplorable del proceso de deterioro que ha sufrido la gestión del agua), el resto de las actuaciones “políticas” realizadas en el sector han ido siendo cada una peor que la anterior (y eso es decir mucho).

 

Esa Ley de Aguas parecía establecer un marco normativo muy claro y destinado a perdurar (quizá no tanto como su centenaria antecesora), y consagraba por la vía de hecho la nacionalización de la parte subterránea del ciclo (quedándose a medias en cuanto a sus consecuencias económicas, lo que ha lastrado irremediablemente su aplicación) y también abría el melón de la calidad (lo que era seguramente necesario, pero quizá faltó precisión). Seguramente lo peor de su contenido fue agrupar en los organismos de cuenca a las antiguas Comisarías de aguas, con la leve justificación deducida de la unidad del ciclo y el grave inconveniente de acoger bajo el mismo techo a policías y policiados (imaginémonos a personal del Ministerio de Fomento con competencias de policía de tráfico). Puesto que existe (a Dios gracias) la Guardia Civil, ellos son los que al final acaban haciendo la labor de policía en ambos casos, pero esto demuestra que el modelo adoptado para el agua no era el único posible (y en mi opinión puede que fuera el peor)

 

El siguiente hito en el proceso de deterioro lo marca la imposibilidad de aprobar el Plan Hidrológico planteado por Borrell (¡ay de aquella votación en el Senado!), no porque dicho planeamiento fuera mejor o peor que los que luego le siguieron, sino porque ello permitió a los políticos darse cuenta de las posibilidades de utilizar este tema para sus fines e introdujo al agua en el conjunto de opciones disponibles para hacer demagogia, y la incluyó en el catálogo de elementos susceptibles de ser usados como arma arrojadiza entre unos y otros. Tengo para mí que si ese plan no nato hubiera sido aprobado, la simple existencia de un marco ya reglado nos hubiera podido ahorrar el que el agua fuera objeto de lo que ahora se llama debate en sucesivas contiendas electorales, nacionales, paranacionales, autonómicas y municipales. En ellas, cada grupo presenta sus propuestas de ordenación, cada una de las cuales superando (por resultar al parecer necesario para ganar votos) en temeridad, desconocimiento o simplemente en repercusión mediática a la del adversario político (lo que en puro galicismo llamaríamos capacidad de “epatar” al personal, o en castellano más castizo “mear más lejos que el otro”).

 

En esas estábamos cuando de resultas de la (hasta ese momento inexistente) necesidad de crear un Ministerio de Me-dio Ambiente, y dada la falta de competencias reales de la Administración Central en la materia (ya se habían producido parte de las numerosas transferencias de competencias y recursos a las diversas administraciones territoriales), se decidió adscribir el agua a dicho departamento. Manteniendo el mismo nivel de (in)coherencia, se podría haber incluido a aquélla entre las competencias del Ministerio del Interior, y así al menos una revisión de la Directriz Básica de Protección Civil frente al riesgo de inundaciones de 1995 (otro hito en el camino del despeñamiento de la ejemplar estructura de la Administración hidráulica heredada de la Segunda República) no hubiera interferido de modo tan palmario y torticero en atribuciones de otro ministerio.

 

Una vez acomodadas las aguas en el MIMAM (según las malas lenguas, porque si no hubiera sido así, el Ministerio dudosamente hubiera dispuesto de presupuesto), el siguiente pelotazo fue la creación de las Sociedades de Aguas (juguete inútil por repetitivo de la organización ya existente en los organismos de cuenca, pero con la ventaja de permitir la inmediata y rentable colocación de personal afín a una u otra causa) cuya vida se ha visto falsamente amenazada de desaparición en sucesivas campañas electorales, y cuya ejecutoria sobradamente conocida me exime de cualquier comentario sobre el tema (sería muy difícil hasta ironizar sobre ellas sin caer en un pecado de abuso manifiesto).

 

Llegados a este punto, parecía del todo imposible caer más bajo, pero después de tocar fondo se puede excavar (si se hace con maquinaria potente o con explosivos) hasta grandes profundidades.

 

Para ello, entre mordisco y mordisco (a la yugular o donde pillara) a las actuaciones del enemigo o adversario (¡Eliminaremos las inicuas sociedades de aguas tan pronto gobernemos! ¡No nos dolerán prendas para acabar con la sobreexplotación irresponsable de los acuíferos, cerrando los pozos a esos delincuentes disfrazados de agricultores! ¡Cuando gobernemos acabaremos con la sequía, aprobando un plan hidrológico, que solucionará automáticamente todos los problemas! ¡Y los arroyos manarán leche y miel! ¡Y además, dos huevos duros!), se les ha ocurrido a los venerables padres de la patria (a veces con la “paradójica” colaboración de algunos de nuestros más preclaros colegas) comprobar las indudables ventajas de la tribalización del agua, de modo y manera que a la vuelta de poco tiempo, bastará una simple credencial de concejal para poderse atribuir competencias exclusivas sobre la gestión del agua en un territorio (y de paso, y si se deja, en el del vecino).

 

Esta habitual tendencia española a enzarzarse en cuestiones internas, fue maravillosamente aprovechada por la Unión Europea para colarnos por la escuadra un gol llamado Directiva Marco de Aguas, que pone en solfa todo el ingente esfuerzo realizado por la sociedad española (no sólo por los malvados franquistas, aunque supongo que alguno colaboraría) para poder arrancar a la naturaleza aquellas posibilidades de uso del agua que a otras naciones les regaló. Eso sí, como ironía final del destino, la propia Directiva entronizó un sistema de gestión que es curiosamente el mismo que había sido tradicional en España (¡desde la Segunda República!), y que con tan esforzado afán estamos consiguiendo destruir.

 

El ¿último? aporte a este batiburrillo es el encendido debate acerca de si son galgos o podencos (¿conducción, derivación o transferencia?) con alguna impagable aportación (la del informe jurídico del Gobierno de Aragón merece ser citada, pero tendría complicado el primer puesto en la rueda circense del “más difícil todavía” o en la marxiana del “más madera”).

 

No sé si incluir en este ramillete la afanosa búsqueda de la mujer justa, porque dudo que este pecado sea sólo de la Administración hidráulica, pero sin duda algo ayuda a rematar el cuadro.

 

En fin, no me atrevo a suponer que la función circense (en tres pistas) que lleva representándose sin interrupción en los últimos treinta años en los temas del agua esté llegando a su fin, aunque me temo que si llegara el caso la traca final debería dejar pálido al cuádruple salto mortal, némesis de los trapecistas. ¿Qué tal proponer un ordenado plan de demolición de presas, empezando por las de mayor volumen? (¡huy, no, que me podrían acusar de plagio!). Tal vez la fijación de un sistema de caudales ¿ecológicos? que imposibilite de modo completo y rotundo (de una vez por todas, vaya) el nefando aprovechamiento hidroeléctrico de nuestros torrentes (ríos hay en Francia; aquí desgraciadamente no).

 

Parafraseando a Vargas Llosa, si alguna vez en el futuro alguien con curiosidad preguntara: ¿cuándo se “fregó” la Administración hidráulica española?, yo creo que la investigación acabaría por fijar una fecha que ya está en el pasado.

 

Lamento no poder terminar estas líneas (como sería mi deseo) con alguna cuestión que invite al optimismo. Es más, estoy seguro de que una más profunda reflexión me llevaría aún más allá en este oscuro diagnóstico. Tampoco puedo sugerir una prescripción, porque me parece que el mal es incurable, pero me gustaría someterlo a la consideración del colectivo, por si de una consulta conjunta se pudiera deducir algún remedio, paliativo o narcótico, que evite que al menos el enfermo sufra más de lo debido.

 

Con esa esperanza finalizo.

 

No añado más...Gracias, Francisco

Viaje al Centro de la Tierra

Como apoderado de la empresa para la que trabajo, ayer tuve que firmar un contrato de suministro de un producto en un ayuntamiento del Sur de España. La fecha (9 de Julio) y la hora (12 de la mañana) fue fijada por la “Teniente de Alcaldesa” (así se autodenomina ella en el contrato) con una semana de antelación.

Bueno, pues aquí va la crónica del viaje:

07.30: Salida en el AVE hacia Sevilla, provisto de escrituras de constitución y poderes, fotocopias de cualquier documento que les pueda interesar  y…mucho calor.

10.00: Llegada a Sevilla, me recogen y viaje hacia el ayuntamiento en cuestión…Más calor

11.55: Entrada al ayuntamiento. Como somos educados, nos presentamos con cinco minutos de antelación sobre la hora de la cita en la Secretaría General. Según lo que nos habían comunicado, íbamos a firmar la Teniente de Alcaldesa y yo, en presencia, como si fuera un notario, del Secretario General. El funcionario Luis,  que nos recibe, nos dice que el Secretario se ha ido a tomar un café. Intenta entablar una conversación banal sobre el tiempo, la climatización del despacho, etc. sin éxito.

12.10: Nuestro Luis se va a ver si está el Secretario. Vuelve y nos dice que la edil - ¿o se dice edila, Bibiana? – no está y que tenemos que esperarla. Nos sugiere que nos vayamos a tomar algo y me pide el móvil para avisarnos de cuando llegue.

12.40: Después de una caña y un paseo de vuelta al consistorio a casi 40°, Luis se va a ver al Secretario. Vuelve y nos dice que la concejala sigue sin llegar. Le digo que la llame al móvil y me mira como si le hubiera pedido que cometiera un asesinato. Pero me revela que es posible firmar sin la presencia de la dama que ya estampará su rúbrica posteriormente. Le digo que podía haber empezado por ahí. Por cierto, en toda nuestra ausencia, no se había movido ni un papel de su mesa y el folio con mi número de móvil seguía en la misma posición que cuando nos habíamos ido.

12.50: Entramos en el despacho, de más de 30 m2, del Secretario, de nombre Manuel, que nos trata como vasallos de un reino del que él fuera monarca. Completamos la ceremonia de firma del contrato, con nuestro dilecto Luis, de pie, en actitud respetuosa, como si estuviera ante el Sumo Hacedor. Le pregunto a Manuel por  la fecha en que nos van a pagar  y me responde que de eso no sabe nada, pero que puedo ir a ver al Jefe de Contratación, tocayo suyo, que me informará.

13.00: Luis nos acompaña a ver al “segundo” Manuel, que también cuenta con un enorme despacho, que nos informa del proceso. Nos dice que, primero, tenemos que firmar un acta de recepción  con un tal Braulio. Le digo que las actas de recepción las firman los receptores y no los suministradores y, además, que les enviamos los materiales hace más de un mes y que, por tanto, no tendría mucho sentido. Fiel a su “manual”, llama a Braulio y le pregunta que si hemos firmado el acta de recepción. Braulio le dice lo mismo que yo le he comentado y queda zanjado el asunto.

Entonces, continuando con la explicación, me dice que dicha acta, junto con la factura pasa por Intervención, que contrasta esos documentos con el contrato que acabo de firmar. Si el Interventor los “bendice”, vuelven a él, que, si todo es conforme, redacta un “decreto”, que nos mandará, donde dice que la factura ha sido aprobada.

A continuación, todos esos papeles pasan a la Delegada de Hacienda, casualmente la teniente de Alcaldesa, que decide de, entre todos los pagos pendientes, cuáles se pagan y, si nuestra factura cayera entre las “elegidas”, pasaría a Tesorería, donde, en función de la disponibilidad de dinero, nos mandarían una transferencia.

Ya que no se hace responsable de lo que ocurra después de su “decreto”, le pregunto qué cuánto tardará en “dictarlo”. Me dice que unas dos semanas, aunque con lo de las vacaciones se puede retrasar…En este momento, le respondo que los sueldos de los trabajadores de mi empresa no se pueden retrasar por vacaciones y abandono su despacho antes de cabrearme más de lo que ya lo estoy.

13.20: Salgo del despacho y, en el pasillo, veo un despacho que pone Delegación de Hacienda. Allí veo a una chica con dos o tres personas más, pero dada la pinta de “cateta” que tiene, no pienso que sea la concejala en cuestión. Hoy, miro en la web del ayuntamiento, que tiene fotos de todos los concejales y, descubro con asombro, que se trata de la susodicha delegada.

13.30: Vuelvo hacia Sevilla, donde el, ya tradicional, “monumental” atasco de la entrada - ¡gracias, Chaves! - nos hace llegar a comer más de las tres y media de la tarde. Reflexionando sobre qué coño haría la Teniente, mi acompañante me recuerda que en la recepción del ayuntamiento, mientras esperábamos ser atendidos, dos personas delante de nosotros habían dicho que venían de Televisión Española…Esas dos personas estaban con ella cuando yo salía, recordé…así que la maleducada no nos informó de su no asistencia a la firma del contrato y, ni siquiera, se disculpó. En fin, es una representación fidedigna de la clase política que manejamos en España y del fabuloso funcionamiento de la administración.

A los 41° que marcan los termómetros de Sevilla, tengo la sensación de que lo que he hecho es un “viaje al centro de la Tierra”. Lo que me recuerda aquél LP de Rick Wakeman, que muchos tuvimos. Y que pertenecía a aquel tipo de música llamada “rock sinfónico”, donde estaban Yes (donde estuvo Rick), King Crimson o Emerson, Lake & Palmer y que, afortunadamente, igual que vino, desapreció, para que la salud mental de los humanos se mantuviera en niveles aceptables.

Y lo peor, es que, a la vista de lo que os he contado, tengo la sensación de que este post tendrá una segunda parte, pues dudo mucho que nos vayan a pagar en plazo.

Ferias y Congresos

Hace un par de semanas, la empresa para la que trabajo, estuvo presente en una feria del sector en los recintos feriales de IFEMA en Madrid. Hoy, echando la vista atrás, recordaba la primera vez que había asistido como expositor a un evento de esta naturaleza. Fue, a finales de los 80, cuando trabajaba para un importante grupo español del sector de la construcción y fue  en la, entonces, pujante Fira de Barcelona.

Mi conclusión es que casi no ha cambiado nada en estas reuniones de empresas. Bueno, algo sí, hay más pantallas y elementos multimedia, más azafatas y, además, son de diferentes nacionalidades y la electrónica está más presente en acreditaciones y accesos. Pero la forma de interactuar con los visitantes de las empresas cliente y administraciones públicas es la misma: Conversaciones en la barra del bar del stand y, en algún caso, la presentación de algún nuevo ejecutivo de la firma. Y, después,  comidas, cenas y "copas" como toda actividad relevante.

Pensando, he entendido por qué en muchas ciudades las instalaciones donde se llevan a cabo exposiciones de este tipo se llaman Recintos o Palacios de Ferias y Congesos. Porque sin entrar a analizar en profundidad las conclusiones del Congreso del PSOE, he visto que, también, al igual que las ferias, siguen igual que hace 30 años. También han introducido más multimedia y más azafatas, pero, al final, han hablado de lo mismo de siempre. esto es, poner a parir al PP, enfrentando los conceptos democracia y derecha, como si los socialistas tuvieran la exclusiva de ser demócratas y, luego, hablar de temas ya tradicionales en la izquierda, pero que no interesan a casi nadie: aborto, eutanasia, eliminación de la iglesia católica de los actos oficiales, etc. y hablar poco de otros que, por contra, los ciudadanos sí estamos pendientes de ellos: crisis económica, energía nuclear, posibilidad de educación en castellano en Cataluña, Galicia o País Vasco, etc.

Ló más destacado por la prensa hasta hoy es la composición paritaria, entre hombres y mujers, de una nueva ejecutiva...Pero yo no estoy tan seguro de eso, ya que incluye a Zerolo e Iceta, declarados gays, por lo que esta teorícqa igualdad ya no se cumple porque, estos dos, ¿en qué equipo juegan?

Aparte de bromas, me parece que los tiempos para ferias y congresos, al contrario de lo que cantaba Bob Dylan, no han cambiado nada y sólo sirven para gastar dinero inútilmente..las primeras, el de las empresas y los segundos, el de todos, a través de nuestros impuestos que subvencionan a los partidos políticos.

A vueltas con Porter...en Soria

Hace unos días escribí un "post" que explicaba, someramente, las teorías de Michael Porter sobre la competitividad. Si recordáis, se hablaba de que un sector económico era más o menos atractivo en función de " 5 fuerzas" que actúan en él.

Continuando aquello, Porter dice que, una vez, analizado un sector, hay dos formas básicas de competir. La primera es siendo líder en costes, es decir, a la empresa que le cueste menos ·producir y vender" sus productos, obtendrá una mayor rentabilidad e, incluso, en momentos en que el resto lo pase muy mal, sobrevivirá.

La segunda manera de “pelear” en un mercado es diferenciando la oferta de la del resto de los competidores. La diferencia puede venir por calidad, diseño, marca, precio, garantía o cualquier combinación de éstas u otras variables.

Dentro de estas dos opciones, hay empresas que compiten por todo el mercado y otras que sólo compiten en una parte. Pensemos, por ejemplo, en Coca-Cola que intenta vender en todo el mundo frente a La Casera que lo hace sólo en España.

Por último, Porter dice que se puede competir con éxito con cualquiera de las cuatro estrategias: por costes o por diferenciación y, en ambos casos, en todo el mercado o en una parte, pero, es muy fácil fracasar si se intenta un "un poco de todo" y la empresa queda, como Porter dice, "atrapada en el medio", ni su oferta es diferenciada ni tiene buenos costes ni define su segmento de mercado objetivo.

Continuando con el ejemplo del post mencionado que hacía referencia al “sector” de los partidos políticos en España, podemos ver las estrategias de cada uno.

Obviamente, el PP, el PSOE e IU han competido, tradicionalmente, en todo el mercado geográfico, en toda España, como, también, recientemente, UPyD, mientras los partidos nacionalistas lo hacen en su ámbito regional correspondiente.

Podríamos analizar su posición estratégica en términos de coste económico, pero no sería fácil determinarla, ya que no es clara. Así que no vamos a hablar de asignaciones presupuestarias en los Presupuestos Generales del Estado o en los respectivos presupuestos de las comunidades autónomas, ni de donaciones de empresas o particulares, ni de condonaciones de deuda por bancos y “caixas”, ni de Filesas, ni de comisiones recibidas por adjudicaciones de contratos ni de la gran cantidad de financiación, legal e ilegal, de la que se abastecen los diferentes partidos políticos.

El análisis estratégico lo vamos a hacer, por un lado, en términos de coste “político” y, por otro, en diferenciación.

Así, en mi opinión, el PSOE es, claramente, líder en costes. No repara en prometer una cosa y la contraria, en ser nacionalista en Cataluña y no en Andalucía. Aún más, en Cataluña es nacionalista a veces y otras veces no. Habla de revisar las leyes sobre aborto y la eutanasia, pero luego no se define. Negocia con ETA cuando le conviene y, ahora, como hay elecciones próximas, ni se sienta con el PNV. Podría, y seguro que vosotros también, poner mucho más ejemplos de esta estrategia de bajo coste, apoyada, eso sí, por el control que mantiene sobre los medios de comunicación que permite que casi nadie recuerde ya que un terrorista se paseaba con su novia por San Sebastián, que el gobierno dijo que no haría trasvases o que la crisis económica era una “profecía” de los antipatriotas.

Mientras, el PP era un partido que había apostado por la diferenciación con mensajes claros sobre la idea de España, el valor de la Constitución, la derrota policial de ETA y las medidas económicas a tomar. Hoy, el PP está intentando cambiar su estrategia hacia posiciones de bajo coste político como los socialistas, pero, como una gran parte de sus clientes-electores están por los principios básicos del liberalismo y no tienen casi ningún medio de comunicación de su lado,  están quedándose “atrapados a la mitad”, en terminología porteriana. Por supuesto, que las actitudes personales de gran parte de sus dirigentes están perjudicando, pero ya sabemos que esa estrategia “indefinida” conduce al fracaso.

Izquierda Unida lleva años sin estrategia. No saben cómo diferenciarse del PSOE, pero, su pacto con los nacionalistas vascos tiene un alto coste político.

Los nacionalistas tienen una posición clara de diferenciarse de los dos grandes partidos nacionales con mensajes cada vez más radicales, pues el PSOE ya les ha quitado los moderados. Así que, no olvidemos que gran parte del independentismo galopante en algunas regiones de España se lo debemos a los socialistas que, en esas zonas, han transmitido un nacionalismo “agudo”, que ha hecho radicalizarse a los CiU, ERC, PNV o BNG, pero que, les ha dado, a ellos, grandes triunfos electorales, como ocurrió, en Marzo, en Cataluña.

Por último, UPyD está todavía por definirse. Aunque Rosa Díez esté dando pruebas de integridad y de tener principios, denunciando el “chantaje” nacionalista en la enseñanza y otras áreas, buscando diferenciarse desde posiciones de izquierdas, algunas frivolidades como la candidatura de Alvaro de Marichalar, por Soria, indican cierto desconcierto.

Mi conclusión es más una recomendación que otra cosa. Todos los partidos políticos que tratan de ganar unas elecciones deberían de comprarse un librito de Porter y plantearse su estrategia competitiva. Eso sí, sin olvidar, que todo es dinámico y hay que adaptar dicha estrategia a la estructura del sector (España) de cada momento. Otro día escribiré sobre las diferentes formas de evolución de los sectores y las consecuentes modificaciones estratégicas a hacer…

Por cierto, ya que he hablado de Soria, este fin de semana, he estado por tierras sorianas, con Martanauta, celebrando el cincuenta cumpleaños de Manolo. El viernes, cena en la Casa del Cura de Calatañazor y pernocta en La Posada de la Mesta, en Molinos de Duero. El sábado,  golf en el campo de Pedrajas (los no jugadores/as tuvieron un "seminario" teórico-práctico sobre la recogida de setas) y comida en El Balcón del Brezal, camino de la Laguna Negra. Todos los establecimientos aquí mencionados son altamente recomendables.

El tiempo, al igual que mi juego en el campo de golf, fue inestable, pero lo pasamos estupendamente y la comida fue de la llamada “dieta mediterránea”, es decir, chorizo de Vinuesa, migas, manitas de cerdo con callos, lechazo, etc.

Además, por allí estaban muchos amigos comunes a los que veo de tarde en tarde como Santiago, Enrique, Juan Carlos, Antonio, Rubén y otros más con sus respectivas parejas.

Así que, muchas gracias para Manolo y Anchu, su mujer, que nos han tratado maravillosamente.

Las 5 fuerzas de Porter: Aplicación práctica

Las 5 fuerzas de Porter: Aplicación práctica

Hace pocos días, en una conversación sobre golf, hice una referencia a Michael Porter y sus cinco “fuerzas”. Ante el desconocimiento que aprecié sobre este modelo, publicado por el, entonces, joven profesor de Harvard Business School, en 1979, y revisada, varias veces, por él mismo (la última, en Enero de 2008), he decidido escribir un “post” sobre ello.

En esencia, Porter dice que la rentabilidad a largo plazo de un sector empresarial depende de la intensidad de 5 “fuerzas”:

  1. La amenaza de entrada de nuevas empresas
  2. El poder negociador de los proveedores
  3. El poder negociador de los clientes
  4. La amenaza de productos o servicios sustitutivos
  5. La rivalidad entre los diferentes competidores

Estas fuerzas definen la estructura del sector empresarial que será más rentable cuanto menos “intensas” sean. Como es fácil de suponer, la intensidad de estas fuerzas puede cambiar y, de hecho, cambia constantemente, de forma más o menos “traumática”, según el sector considerado. Pensemos, por ejemplo, en los últimos años, como se ha modificado la industria de distribución de música.

La estrategia de una empresa dentro del sector puede verse como la defensa frente a las fuerzas competitivas o como la búsqueda de una posición donde dichas fuerzas sean más débiles.

Como ejemplos de aplicación del modelo “porteriano” a diferentes sectores se pueden encontrar “a montones” en muchas publicaciones o en la Red, me ha costado encontrar un “negocio” del que no hubiera visto este análisis.

Pero, lo he encontrado, aunque no podamos considerarlo empresarial, en sentido estricto. Voy a analizar la rentabilidad del sector de los partidos políticos en España.

1-    Amenaza  de nuevos partidos

 

Las barreras de entrada más significativas son:

-    Economías de escala: Hay gastos fijos en los que se incurre independientemente del número de militantes, cargos públicos o candidatos que se tengan. Por ello, los grandes partidos tienen un menor coste “unitario” que los pequeños en propaganda electoral, sedes, etc. Y menos podrían tener si redujeran sus “aparatos”….

-    Necesidades de Capital: Hace falta dinero para crear un partido político, pero los bancos les prestan e, incluso, perdonan deudas a cambio de favores (como la Caixa al PSC)bancos

-    Otras ventajas independientes del tamaño: Por ejemplo, crear una nueva “marca”, como UPyD en las últimas elecciones, es caro

-    Accesos privilegiados a canales de distribución: En el caso que nos ocupa, los medios de comunicación no tratan a todos por igual, especialmente los públicos (y los del grupo de “Público”) favorecen, claramente, al partido gobernante. Incluso, muchos gobiernos regionales subvencionan a medios privados para que los “traten” bien (Ver mi "post": A hard rain..)

-    Regulaciones del Estado: Relacionado con el punto anterior, la propia Ley Electoral cede más espacios gratuitos en la radio y televisión pública a los partidos con más votos y parlamentarios en las elecciones anteriores, así que…el “nuevo” lo tiene difícil. Realmente, multitud de leyes y normas afectan al funcionamiento del sector, como las subvenciones en función del número de votos o, últimamente, la Ley de Partidos, que impide la participación de formaciones políticas que no condenen la violencia.

Así que las barreras de entrada son altas, sobre todo, por las que ponen los políticos actuales desde sus medios de comunicación afines y subvencionados que por otras razones. Ya me gustaría a mí que las necesidades de fondos fueran tan importantes como, por ejemplo, en USA.

2-    Poder negociador de posibles candidatos y cargos públicos

 

Los proveedores de los partidos políticos son, teóricamente, todos los ciudadanos. En la práctica, la mayoría son funcionarios de carrera, cuyo puesto de trabajo es “conservado” para cuando vuelvan (si vuelven, que, si pueden, no volverán) y, en muchos casos, mediocres  que no han trabajado en la economía real en su vida.

Sólo la ambición de un cargo público  mueve a gran parte de lo que se incorporan a un partido con intención de medrar en él.

Por tanto, el poder de los ciudadanos, en este caso, tanto en grupo como individualmente, es bajo. Sólo excepciones como cuando Felipe incorporó a Garzón o. recientemente, cando Rajoy hizo lo mismo con Pizarro, demuestran cierta capacidad para negociar por parte del candidato…porque no creo que Álvaro de Marichalar se lo pusiera difícil a Rosa Díez para ser candidato por Soria. Otra enseñanza que podemos sacar es que, como se ve en los casos de garzón o Pizarro, cuando se busca en mercados diferentes a los arriba comentados, la posibilidad de fracaso es alta.

 

3-    El poder negociador de los ciudadanos

 

Los clientes somos, otra vez, todos o, al menos, los que estamos capacitados para votar.

Nuestro poder es, otra vez bajo, pues somos mucho, poco organizados, somos, individualmente, poco relevantes como clientes (un hombre, un voto) y, además, estamos bastante desencantados. A los partidos, sólo les preocupa que el coste de cambio de proveedor sea tan bajo…sólo coger una papeleta distinta el día de las elecciones.

 

4-    La amenaza de cambio de sistema político

 

Esto es lo peor de todo para nosotros y lo mejor para ellos. No hay sustitutos de los partidos políticos porque plantear, hoy día, un golpe de estado y una dictadura está fuera de lugar.

 

5-    La lucha por victorias electorales

 

Este es el punto que hace disminuir la atractividad del sector…aunque, no tanto. Veamos, está claro que la lucha por la cuota de mercado (ganar las elecciones) es encarnizada, pero hay muchas elecciones y a casi todos les toca algo (véase el tremendo poder que tienen los partidos nacionalistas en algunas regiones españolas).

Por otro lado, en el mantenimiento de los beneficios de la industria para los competidores “instalados” participan todos: Subidas de sueldo a diputados nacionales y regionales, pensiones e indemnizaciones para cargos públicos, subvenciones a las organizaciones políticas, gastos de representación,…

Por ello, la rivalidad es más, en mi opinión, de cara a sus clientes (por cierto, como en muchos otros sectores) que real, siendo las fuertes barreras de salida el factor que más la intensifica. Y es que donde van ir la mayoría de nuestros gobernantes si dejan la política si no saben hacer nada que no sea medrar y aprovecharse de sus cargos. Todavía se recuerda, en Cataluña, la dificilísima recolocación de muchos cargos de CiU, que no habían hecho otra cosa en su vida, que cuando perdieron las elecciones en 2003...y es que llevaban más de 25 años en el poder

 

En definitiva, es un sector atractivo si no fuera por lo difícil que lo ponen los que ya están dentro con enormes dificultades legales.

 

Sólo remarcar una última cosa: Este no es un sector empresarial y, teóricamente, los partidos y gobernantes están para servir al bien común de todos los ciudadanos y no para aprovecharse ellos, pero, en muchos casos, no está tan claro…