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EL INTERMEDIARIO

No ofende quien quiere sino quien puede

Dice uno de mis colegas profesionales que los ciudadanos somos como los socios del Real Madrid… y tiene razón. Según su teoría, cuando el Madrid ganó la “Séptima”, estaba arruinado, pero los socios eran felices por los triunfos. Sin embargo, ahora que el club es el más rico del mundo, como no gana títulos, los socios y aficionados andamos “encabronados”.

De la misma manera, como habitantes de una ciudad, estamos encantados en función de los servicios que recibimos y no nos importa que la deuda del Ayuntamiento crezca y crezca…hasta el punto de que muchos madrileños, por poner un ejemplo, creen que los casi 7.000 millones de euros de deuda municipal los debe Gallardón y no ellos como ciudadanos.

Aunque los alcaldes no deberían olvidar que el Presidente del Real Madrid del histórico triunfo sobre la Juventus, Lorenzo Sanz, fue derrotado en las elecciones por esa nefasta gestión económica que, acompañada de cobro de comisiones por traspasos, generó una ruina patrimonial para el club, aunque un gran enriquecimiento personal para él.

Asimismo, es sorprendente para las empresas multinacionales presentes en España (y para mí, también, como empleado de una de ellas), que los ayuntamientos, que están, confesado por sus responsables, en un 80% en quiebra, sigan adoptando las soluciones más caras en la prestación de servicios a sus ciudadanos.

Y, además, que no falten lujosas nuevas sedes para el Consistorio, coches oficiales, corridas de toros y actuaciones rutilantes en las fiestas patronales, etc. pero, eso sí, a costa de proveedores que llevan años sin cobrar y que tienen que cerrar sus empresas.

Y, ahora, para distraer la atención, encima les da a algunos por hablar de Franco, que “tiene huevos” la cosa. Y es que la izquierda española se ha arrogado, sin que la derecha se plante de una puñetera vez, el derecho de repartir los “carnets de demócrata” a quien ellos consideran con nivel suficiente, es decir, Méndez, Berzosa, Almodóvar, Castro, Chávez, Garzón, Evo, Zarrías, Castro, Montilla, Carod, etc.

Lo que es lo mismo, para todos esos  que no respetan jueces (Varela) ni tribunales (Supremo,  Constitucional), constituciones (española, venezolana) ni leyes (estatutos, de Amnistía), monumentos (de los Reyes Católicos) ni lenguas (multas por rotular en español) el reconocimiento de demócratas, pero para las personas como muchos somos, liberales, tolerantes, respetuosas con la Historia y las instituciones tienen reservados los calificativos de fascistas.

Dada la calaña y el sectarismo de los que nos califican y dado que su objetivo es distraer la atención de su fracaso personal y profesional, sus palabras y rebuznos no me afectan para nada.

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