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EL INTERMEDIARIO

¿ Paro o Viagra ?

¿ Paro o Viagra ?

A la hora de medir los efectos de una crisis, como la que estamos viviendo, hay varios parámetros a tener en cuenta. Hoy voy a fijarme en dos.

El primero es la tasa de paro. Dice el IESE, en uno de sus documentos de investigación, que elabora conjuntamente, con Adecco, que el paro está creciendo como no lo hacía desde 1993 cuando la anterior gran crisis económica que los más “veteranos” ya vivimos.

Y lo que es peor, la creación de nuevos empleos se situó en mínimos históricos, a pesar de que las administraciones públicas siguen contratando como si nada, alcanzando la nada desdeñable cifra de 2.941.000 personas trabajando en el sector público, es decir, uno de cada cinco trabajadores  es pagado con nuestros impuestos.

En este momento, la situación del mercado laboral es, aproximadamente, la siguiente:

  • 41% Fijos privados
  • 15% Autónomos
  • 21% Temporales (Sectores público y privado)
  • 11% Fijos públicos
  • 12% Parados

Los dos primeros bajando y los tres últimos subiendo en porcentaje, mientras que sólo los funcionarios, tanto fijos como temporales, y los parados están subiendo en términos absolutos.

¿Y qué hacemos? Hay multitud de respuestas:

  • La del Gobierno: Nada y esperar a que escampe, salvo intentar que algunos inmigrantes se vayan y presionar para que se contraten mujeres.
  • La de los sindicatos: Engordar, todavía más, el sector público y, sobre todo, que mantengan su subvención en los Presupuestos Estatales, Autonómicos y Locales
  • La mía: Qué se pueden hacer muchas cosas...a saber:
  1. Dice el IESE en su estudio, que si flexibilizáramos el marco laboral se podría reducir el paro en un 1%, es decir, unas 250.000 personas. Esto implicaría no poner límites temporales a los contratos temporales, no exigir la autorización judicial para presentar un ERE o reducir la indemnización por despido a 20 días por año “de servicio”. De hecho, España ocupa, según el Banco Mundial, el puesto 156º sobre 178 países por la dificultad de contratar y despedir trabajadores.
  2. En España, un 11% de los asalariados trabajan, habitualmente, los domingos y un 5% de noche frente al 12% y 9% que lo hace la media de Alemania, Francia, Italia y Reino Unido. La razón es que la rigidez española impone restricciones  a los trabajos en días festivos o de noche. Si nos igualáramos con esos países, podrían crearse más 800.000 empleos.
  3. El coste de las contribuciones empresariales debieran reducirse. Salvo Francia e Italia, el porcentaje español, por encima del 30%, está muy por encima del de otros países de la UE. Esto, unido a un coste de despido, como antes decía, altísimo hace muy difícil la contratación de nuevo personal.
  4. La rigidez ha llevado a la flexibilidad de hecho mediante contratos temporales cuyo número duplica a la media de la UE. Además, en un mismo puesto de trabajo, los fijos ganan un 50% más que los temporales. Habría que crear un contrato especial para la situación actual de, por ejemplo, 3 años de duración, con despido de 10 días por año y con una reducción del 50% en la cuota patronal a la Seguridad Social.

Pero hay otra forma de medir los efectos de la crisis económica. Por ejemplo, mediante el llamado “Indice Viagra”.

Y es que me dicen mis amigos farmacéuticos y farmacéuticas que se ha notado muchísimo el efecto de la crisis en las ventas de la pastilla azul.  Algunos clientes que compraban, ya no compran y los que compraban de cuatro en cuatro, ahora lo hacen de dos en dos.

La conclusión es que el poder adquisitivo de este segmento de mercado está bajando, bien por la inflación “galopante” que hace que gasten más en la bolsa de la compra, la subida del Euribor, que les ha subido la cuota de la hipoteca o su incorporación al paro que ha reducido sus ingresos.

Así que, parece, que en muchos casos, no sólo la situación económica está afectada sino que se le da menos “alegría a los cuerpos”… Y esto es peor, porque uno se puede empobrecer, pero no entristecer.

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