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EL INTERMEDIARIO

¡Que las detengan!

Responde  el brigada "picoleto" Vila, protagonista de la última novela del genial escritor Lorenzo Silva (La estrategia del Agua), cuando su compañera, la sargento Chamorro, le pregunta por qué no se vuelve  a casar, que, en España, para los varones,  es muy mal negocio un matrimonio…al menos, el heterosexual.

Y no le falta razón…cuando, por desgracia, como le ha pasado al susodicho Vila, alguien se casa con una loca y malvada mujer.

En esa situación, cuando repara en el error cometido, el hombre deja de querer convivir con esa maléfica mujer y, a partir de ahí, todas las iras de la ¿afrentada? ex-esposa de descargan sobre nuestro “apaleado” macho.

Las exigencias de dinero, con chantajes basados en no permitirle ver a sus hijos, se convierten en una pesadilla para un hombre que tiene, en muchos casos, que vivir como un indigente mientras su antigua pareja se gasta la pensión para alimentos de los menores en operaciones de cirugía estética y “trapos” carísimos.

Pero lo peor, llega después. Si, por casualidad (o más bien por amor), nuestro protagonista decide cometer “alta traición” y rehacer su vida sentimental al encontrar una nueva pareja que lo hace feliz, todas las iras, reclamaciones económicas, denuncias falsas y agresiones caen sobre él.

Todo esto con la anuencia de jueces, fiscales y legisladores que han decidido machacar a los hombres para corregir la ¿opresión? a la que estuvieron sometidas las mujeres en siglos pasados. El Ministerio de Igualdad e iniciativas semejantes son azotes para hombres honrados cuyo único pecado es no querer seguir aguantando a psicópatas que les maltrataban.

Y, en estas líneas, escritas desde el corazón y, también, desde el cabreo de uno que está sufriendo una situación de este tipo, sometido a todo tipo de injurias y sin poder ver a sus hijos pequeños, no puedo olvidarme del caso de un gran amigo mío que está empezando a sentir los efectos de una mujer despechada.

Así, mi amigo anunció a su mujer  su intención de divorciarse en las pasadas navidades. Como consecuencia de ello, ella cogió a su hijo de 15 años y sin avisar al padre se lo llevó a Huelva. Durante tres semanas el padre, desesperado, estuvo buscando a su hijo hasta que, de forma casual (a través de Tuenti) lo localizó, ya que, como suele ocurrir, la familia de la madre hacía causa común con ella y no le facilitaba ninguna información.

Hoy, más de tres meses después, sólo ha podido ver a su hijo durante 5 horas (después de un viaje de 700 Kms) y la madre no permite, ni siquiera, la comunicación por teléfono.

¡Y no pasa nada! La madre tan tranquila y los “bibianos” aún más…presumiendo de lo mucho que ha cambiado este país… ¿Os imagináis las consecuencias que hubiera tenido que la misma acción la hubiera emprendido el padre? Hubiera sido acusado de secuestro, las feministas en la “tele” insultándole sin parar y, mi amigo, hubiera sido detenido.

Por cierto, la novela de Lorenzo Silva es muy intresante como todas las protagonizadas por Bevilacqua (Vila) y Chamorro

1 comentario

Joaquín López-Cortijo -

Querido Luis;
Es verdaderamente lamentable el comportamiento de estas individuas. Conozco varios casos cercanos, todos cortados por el mismo patrón : jueces irresponsables ante los mas indefensos : los niños, y que castigan, sin razón (?), a los padres. ¿No será que alguno tiene resentimiento
con el suyo propio, y aprovecha la ocasión para vengarse?.