De mileurista a parado y de parado a ¿ochocientoseurista?
Otro año en marcha, nuevos proyectos, viejas ideas, sensación de que estamos dejando algo atrás, pero, también, de que algo llega…con la esperanza de que sea mejor.
Hemos pasado un año difícil en el trabajo y los negocios, aunque muchos dicen que 2010 será todavía peor. No lo sé, demos tiempo al tiempo y esperemos que los malos augurios no se confirmen.
Dentro de las cifras que nos ha dejado el año 2009, hoy me gustaría hacer referencia a una muy preocupante y que no ha tenido la repercusión que merece en la prensa española. Me refiero al llamado “paro juvenil”, es decir, a los parados de menos de 24 años y que, durante los últimos años, han sido conocidos como los “mileuristas”
El New York Times resaltaba, en su edición del 31 de Diciembre, la alta tasa de desempleo española en ese segmento. Y es que es del 43%, cuando hace, tan sólo, 3 años era inferior al 18%
O lo que es lo mismo, de cada 10 jóvenes que han estado trabajando (la mayoría en su primer empleo), 4 han sido ya despedidos.
¿Os imagináis, después de haber terminado los estudios, ser contratados por primera vez con toda la ilusión del que empieza a trabajar y, sin haber cumplido los 25 años, estar ya en las colas del paro?
Esto es una terrible frustración para nuestra juventud que no puede trabajar en los años en que más se aprende porque las empresas invierten en formación más en sus empleados más jóvenes.
Los, antiguamente, llamados “planes de carrera” han quedado olvidados. La crisis económica ha condenado la carrera profesional de miles de españoles al estancamiento. Y en un momento en que la competencia en muchos sectores se está dirimiendo a nivel europeo, los españoles tendrán más difícil encontrar su lugar.
Mientras el gobierno gasta más de 30.000 millones de euros en subsidios de desempleo, el gasto en formación y reciclaje de nuestros jóvenes parados es mínimo.
Además, es muy posible que este “segmento juvenil” tarde años en recuperar sus puestos de trabajo y cuando lo haga, los sueldos, probablemente, sean menores todavía.
Por todo ello, el panorama es desolador para los jóvenes españoles…, pero mejorará. Y si no, siempre nos quedará Indiana Jones...
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