Smoke, much smoke

Cada vez estoy más convencido que los partidos políticos sólo funcionan bien donde gobiernan. En estos días “intercongresos” del PP y PSOE, si uno analiza la situación se dará cuenta que los populares  tienen problemas en Cataluña, País Vasco o Baleares, mientras los socialistas andan peleándose en la Comunidad Valenciana, Canarias o Madrid.

Cuando digo que “funcionan”, me refiero a su punto de vista, que consiste en tener un “cacique” regional que controla todo, reparte puestos y altos cargos por lo que todos se están enriqueciendo y, además, ese jefecillo “pelotea” constantemente a la cúpula del partido en Génova o Ferraz, según el caso.

Como pocos  miembros de los dos grandes partidos manifiestan su desacuerdo con sus jefes, me gustaría, hoy, desde este blog, ensalzar la actitud de dos figuras políticas de altura que, por diferentes circunstancias, sus partidos han denostado.

La primera es María San Gil, ejemplo de esfuerzo y valor al frente del PP vasco y que ha decidido abandonar la política por desconfianza en Rajoy y sus colegas, que parece que están cambiando sus posiciones frente a los nacionalismos radicales, que tanto han maltratado a la valerosa María, como cuando intentaron agredirla, este mismo año, en Santiago de Compostela.

La segunda de las figuras es Joaquín Leguina, ex-presidente de la Comunidad de Madrid y, actualmente, relegado por su partido por mantener las mismas posiciones que siempre defendió. Los nacionalismos o la política de trasvases están entre los temas en los que más se ha distanciado de sus “jefes”, pero, la semana pasada, ha lanzado claramente sus ataques contra el infame Secretario de Organización del PSOE, José Blanco en un acertadísimo “post” titulado Humo, mucho humo, cuya lectura recomiendo. Por si alguien, dentro de su partido, no se enteraba de su plublicación, Leguina lo mandó por mail a multitud de diputados y cargos socialistas.

Si  la Ley Electoral promoviera las listas abiertas y hubiera muchas “marías” y muchos” joaquines”, nuestra España sería mucho más próspera y mejor y los "vendedores de humo" no tendrían nada que hacer.