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EL INTERMEDIARIO

Aprendizaje negativo

No estaba en mi pensamiento escribir sobre la patética situación del Partido Popular, pero se han puesto tan “plastas” que les voy a dedicar unas líneas.

En primer lugar, tengo que reconocer que no entiendo el funcionamiento de los partidos políticos en España (ni probablemente en otros países cercanos de Europa Occidental) que, me parecen, lo menos democrático que existe. Da la impresión que los “órganos” directivos  (y mira que tienen… comité federal, junta nacional, comité directivo, congresos, etc.) se nutren de los llamados “políticos profesionales” que, a mi entender, son gente que se caracteriza por no haber hecho nada más en la vida que medrar dentro de un partido para conseguir un puesto para el que, probablemente, no tiene la mínima preparación. Claro, como no tienen donde ir fuera de la política, no hay quien los mueva y muestran su adhesión inquebrantable a quien les puso ahí porque si llega otro a mandar, a lo peor, coloca a otro “profesional” en su lugar.

Una vez situado el escenario, ya se puede entender mejor lo que está pasando, actualmente, en el PP. Todos los “colocados”, cuya “jet class” se llaman “barones”, no quieren que se vaya el que los colocó.

Por otra parte, siempre repito que hay una regla no escrita, pero que se debe cumplir, en la política del llamado “mundo occidental” que dice, que el candidato que pierde unas elecciones, deja el puesto libre en su partido y, a ser posible, desaparece como si nunca hubiera existido. Ya se le “pagará” en el futuro, si se puede (véase el caso de Miguel Sebastián en el PSOE).

Claro está, que puede haber alguna excepción, pero Mariano Rajoy ha perdido ¡dos!...por lo que ya no tiene disculpa. Debería haber anunciado su retirada al día siguiente de las elecciones. El argumento de que le pidieron que se quedara se “desmonta” fácilmente con lo que he explicado más arriba sobre el funcionamiento interno del partido.

Cuando uno ve lo que está ocurriendo entre Obama y Clinton y lo compara con la situación española, uno piensa que, quizá, lo suyo no es perfecto, pero lo nuestro es penoso. Como consecuencia de esta organización, nuestros ¿políticos?  se oponen a cualquier cambio de sistema electoral para pasar a listas abiertas porque tienen pánico a que en vez de “colocarles” sus partidos, lo hicieran directamente los ciudadanos.

En el IESE, me enseñaron que si algo va mal en la organización en la que trabajas, al menos aprendas para la próxima vez. Estoy convencido que las formaciones políticas españolas son el mayor exponente de lo contrario, cada vez van a peor…Lo que uno de mis profesores llamaba, con acierto, “aprendizaje negativo”

Y mañana, ¿qué?...De momento, me voy a Málaga a disfrutar de un fin de semana “ampliado”.

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