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EL INTERMEDIARIO

Ley y Justicia

Leía ayer, en una novela, que mucha gente confunde ley con justicia. Como no soy jurista (ni siquiera aficionado) no voy a entrar mucho en este conflicto conceptual, pero voy a exponer mi opinión personal.

Para mí, las leyes son normas dictadas por la autoridad competente y su incumplimiento conlleva un castigo. En teoría, todas las leyes deberían ser justas, es decir, de acuerdo con lo que la sociedad considera bueno para el conjunto de sus miembros… pero esto, como todos sabemos, no es siempre así, ni siquiera en los países más desarrollados. (Por supuesto, en sitios como Cuba o Irán, está claro que hay mucha injusticia, aunque haya muchas leyes)

Ante una situación de injusticia continuada y extrema han surgido en el mundo la mayoría de las revoluciones. Pero, en naciones como la española, hace mucho tiempo que no es para tanto…

Sin embargo, en España (como en todos los países), se promulgan leyes que pueden ser consideradas injustas por algunas o muchas personas. Para esto, hasta donde yo veo, hay dos figuras, aparte de los recursos y apelaciones judiciales. La primera es la objeción de conciencia, utilizada para reclamaciones individuales y, normalmente, antes de que la ley entre plenamente en vigor (por ejemplo, la planteada por muchos padres para que sus hijos no estudien la asignatura de Educación para la Ciudadanía)

Es para mí muy importante tener en cuenta que la objeción por parte de alguien no puede lesionar los derechos de terceras personas. Así, por ejemplo, aunque hace más de dos años que no fumo, estoy en desacuerdo con muchas de las prohibiciones que impone la ley anti-tabaco, pero mi oposición no me autoriza a permitir que se fume en lugares donde se pueda molestar a otras personas.

En segundo lugar, puede apelarse ante la injusticia a la desobediencia civil, en temas más graves, para partes de la sociedad que se organicen como homogéneo, dañado por esa ley o resolución judicial que afecte a sus derechos.

La mayoría pensamos que la desobediencia civil en regímenes democráticos no es aceptable, pues el numero de instancias a las que se puede recurrir es bastante amplio (Por ejemplo, en España,  están tribunales, Supremo, Constitucional, Parlamento, Corona). Pero los nacionalistas no cumplen las leyes promulgadas por el Estado porque no reconocen estas instancias mencionadas…eso sí, las que aprueban ellos tienen que ser cumplidas hasta la última coma.

Por tanto, en mi opinión, después de plantear recursos y objeciones, lo que no debería estar permitido a nadie es no cumplir sentencias firmes de los tribunales y, sin embargo, aquí ha ocurrido con gobiernos o parlamentos autonómicos  como cuando el Tribunal Supremo obligó a disolver el grupo Batasuna en la Cámara Vasca y su presidente Atutxa no lo hizo o como cuando ese mismo tribunal decidió que tendría que haber una tercera hora de castellano en la enseñanza primaria en Cataluña y la Consejería de Educación del gobierno regional no la ha incluido en el programa de estudios.  

En resumen, hay muchas leyes que no son consideradas justas por una parte, mayor o menor, de ciudadanos, pero la obligación de cumplirlas se mantiene para todo el mundo.

Así que habrá que pagar impuestos aunque nos parezcan excesivos y mal utilizados, pero, también, habrá que exigir a gente como Ibarretxe que cumpla la ley y se deje de convocar consultas populares ilegales y se dedique a gobernar para mejorar al conjunto de los vascos.

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