Muy buena noticia
Ayer se aprobó en la Comisión de Industria, Comercio y Turismo del Congreso de los Diputados, la Ley de Morosidad que reducirá, una vez entre en vigor, los plazos de pago a proveedores por parte de administraciones públicas y empresas.
Así, en el caso de las primeras deberán pagar en 30 días mientras las segundas tendrán que hacerlo en un máximo de 60.
Esto supone una importante mejora para las empresas, especialmente las relacionadas con las obras y servicios públicos como en la que yo trabajo, que llevamos años (en mi caso, muchos) reclamando la reducción de unos plazos que nos martirizan al incrementar de forma tremenda los gastos financieros.
Para quienes no estéis en este mundo hostil de la construcción y similares, os cuento que nuestros plazos de cobro actuales son los siguientes:
- Grandes Empresas: 180-240 días
- Administraciones: 60-500 días
- Otras empresas: 90-180 días
Y estos plazos hay que tomarlos desde que “conforman” (odiosa palabra) la factura…lo que puede implicar un mes o dos más de retraso.
Estos periodos tan dilatados de pago generan, además de gastos, otras malas consecuencias para las empresas como la saturación de nuestras líneas de descuento o las salvedades en informes de auditoría que dificultan y encarecen nuevas líneas de financiación… Y es que no es fácil convencer a un auditor de que un cliente al que le facturaste en un mes determinado no te haya pagado 7 meses después y que eso esté dentro del plazo “aceptado”.
Habrá un “periodo de adaptación” que terminará en 2013 para llegar a los respectivos 30 y 60 días que esta ley marca, pero, como los plazos iníciales para este año son de 55 días para la Administración y 85 para las empresas, comparando con nuestra situación actual la mejora ya es importante.
Los cálculos más realistas nos dicen que las PYMES vamos a tener 10.000 millones de euros más para financiar nuestras inversiones y, en situaciones como la actual, para nuestra supervivencia. Estos 10.000 millones los tendrán que obtener las administraciones y grandes empresas de los bancos, en vez de financiarse como, hoy día, mediante el crédito de proveedores.
Espero que la aplicación de la ley sea tan rigurosa como prometen porque, de verdad, que la noticia es muy buena.
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