¿Y de lo mío, qué?
No vi el debate del lunes, pero, por lo que he leído, fue casi una repetición del anterior. Rajoy intentando hablar de lo que nos interesa a la mayoría (la economía) y Zapatero, que ni quiere ni sabe de eso, volviendo a la Guerra de Iraq, con lo que el candidato del PP vuelve, a su vez, a hablar de ETA y, en el colmo del despropósito, ZP dice que ha ganado la competición de los muertos por terrorismo…El ha tenido menos que con el gobierno popular. Es tan miserable…y, luego, quiere que las víctimas del terrorismo no se quejen.
Pero, como digo, de lo del bolsillo muy poquito. Voy a contar algo de cómo lo veo. Lo primero de todo es que la confianza de los consumidores está bajo mínimos y esto es muy difícil de cambiar en el corto plazo. Lleva casi un año bajando y recuperarla lleva, normalmente, aun más tiempo que perderla.
Y, ya desde el verano, este miedo a gastar se ha traducido en datos reales. Cada mes que pasa, compramos menos…y, los bancos no ayudan, pues no quieren prestar dinero y, más bien, hacen lo contrario, intentando captar pasivo, aunque sea caro, pagando hasta tipos de interés de dos dígitos.
Y la falta de crédito bancario afecta, principalmente, a la construcción, que venía siendo el motor del crecimiento de producción y empleo. Y el parón de la construcción está teniendo unas consecuencias desastrosas. Por un lado, el precio de las viviendas baja y muchas personas se pueden encontrar con que sus hipotecas valen más que el valor actual de sus casas. Se acabará sobreviviendo vendiendo activos que, en muchas ocasiones serán pisos, chalets, etc. que vendidos con prisa y con poca demanda, se venderán baratos con lo que el precio seguirá bajando…
Por otro lado, al pararse la construcción, no se crea empleo y, aún más, se despide gente (en este sector es más fácil, pues hay mucho contrato temporal), pero siguen llegando, inmigrantes, de fuera, atraídos por las promesas, ya dudosas, de un trabajo mínimamente digno. Por lo que nos encontraremos con una población que es más pobre y, como decía al principio, se siente más pobre y por tanto gastará menos.
Y si no gastan los “locales”, ¿quién gastará? Los “occidentales” poco, pues no están mucho mejor que nosotros ni a uno ni otro lado del Atlántico. Los “emergentes” sí tienen capacidad, pero nuestras exportaciones no están orientadas hacia ellos. Tampoco conviene olvidar que el crecimiento de esos “exóticos” países mantendrá altos los precios del petróleo con lo que nuestro IPC seguirá alto.
¿Y el Gobierno, qué? Pues tampoco podrá ayudar mucho, pues el superávit que tiene se lo comerá entre los nuevos parados y las promesas “populistas” que ha hecho con vistas a las elecciones. Para empeorar la situación, los presupuestos para 2008 se han hecho con unas previsiones de crecimiento e inflación tremendamente optimistas.
Y, mientras todo esto ocurrirá, los tipos de interés, a nivel europeo, seguirán donde están porque el BCE no los bajará si la inflación no lo hace y esto, no va ser fácil, pues nuestro gobierno no toma ninguna medida en esa dirección.
Y de todo esto, casi no se habló. Que si un “Observatorio de Precios” (más “enchufados” del PSOE), que si un Plan de Reciclaje de los Parados de la Construcción (al menos, reconoce que esto de los parados se nos viene encima…aunque, ya me explicará que “plan” es ese), que si acelerar el Plan de Infraestructuras (que no lo acelere, nos basta con que lo cumpla) y poco más. La oposición, por su parte, sólo concretó una bajada de impuestos tanto personales como empresariales.
Durante esta campaña electoral, cuando se habla de estos temas, cada uno de los candidatos parecen un “dead ringer” del otro. Pero yo, inasequible al desaliento, les sigo preguntando: ¿Y DE LO MÍO, QUÉ?
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