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EL INTERMEDIARIO

El tiempo se escapa...si lo dejas

Me escribe mi antiguo jefe (ya sé que suena mejor “compañero” de trabajo, pero es al ser jefe también se es compañero; además, en este caso, es un buen amigo) diciéndome, quizá justificándose, que hace casi un año que no viene a Madrid y que lo siente, ésto sin quizá, porque no hemos podido vernos y pasar un buen rato de charla juntos, compartiendo una buena cena.

Seguro que muchos de vosotros tenéis conversaciones parecidas con amigos vuestros. Lo que me parece más  es que me dice que “entre sus diferentes obligaciones profesionales se le está escapando el tiempo”. Y es que es verdad que el tiempo se escapa para siempre. No vuelve nunca. A todos se nos escapa por culpa, en muchos casos, del trabajo, pero hay que intentar usar nuestro tiempo en actividades no sólo profesionales, sean éstas físicas o intelectuales.

Tiempo para pensar, leer, viajar, divertirse, estar con la familia, salir con amigos y todas aquellas cosas que a cada uno le gusten es el tesoro que todos intentamos encontrar pero que muy pocos realmente están buscando. La mayoría de la gente pone la excusa de sus obligaciones para no “encontrar” tiempo para el resto de aspectos importantes de la vida.

Recuerdo una conferencia del excelente psiquiatra Enrique Rojas a la que asistí hace años. Reflexionando sobre cómo ser feliz, explicaba que frente a la vieja frase “salud, dinero y amor”, en nuestra época habría que hablar de las tres áreas de actividad de la vida humana: la laboral (todo lo relacionado con nuestro trabajo), la social (lo relacionado con nuestras relaciones de amistad, la cultura,…) y la afectiva (los amores y otros sentimientos). La felicidad, decía, no sólo depende de la satisfacción que tengamos con lo alcanzado en cada una de ellas sino de la proporción que guarden entre sí. Por supuesto, si no hay salud, lo demás tiene menos importancia.

Y esa proporción entre los diversos aspectos de la vida humana hay que aplicarla también al tiempo disponible. Si dedicamos mucho tiempo a trabajar, nuestras relaciones sociales se resentirán e, incluso, no tendremos tiempo ni para enamorarnos o, mejor dicho, para estar enamorados porque, como Enrique Rojas dice, lo primero es fácil, lo segundo difícil.

Como creo que tiene razón, trato de repartir mi ilusión, mi esfuerzo y mi tiempo entre las “tres patas” en las que se apoya mi vida (de momento, la cuarta, que es la salud, funciona)…Y como el movimiento se demuestra andando, hoy me voy a ir a tomar unas “cañas” con unos amigos con los que he cruzado muchos “mails” como el que relato al principio…Intentad hacer lo mismo y vuestra “felicidad” aumentará

1 comentario

Joaquín López-Cortijo -

Pues yo también me voy a tomar unas "cañitas" con los amigos, y la semana que viene, D.M., almorzaremos en Madrid con mi tío Cristóbal, alias "El Cebolla" ( le pusieron este mote en la Marina porque lloras de risa con él). Le he dado la dirección del "blog" y espero que pronto nos lo demuestre con sus comentarios. Un abrazo